martes, 11 de noviembre de 2014

3 años

Hoy hace 3 años que te di el último beso cuando te ibas al trabajo.

Me hice la remolona para quedarme en casa y así pude preparar una maleta para el fin de semana. La dejé en una habitación y como todavía teníamos cajas de la última mudanza, sabía que ni te darías cuenta cuando volvieras a casa.

Estaba nerviosa, excitada, contenta por haber tomado la decisión y orgullosa de estar dando el paso, pero muerta de miedo.

No sé ni cómo logré concentrarme todo el día en la oficina.

Había avisado a mis padres de que volvía temporalmente a casa y a mis amigas de que si a las 9 de la noche no había dado señales de vida, llamaran a la policía. Así de bestia fui, pero así de asustada estaba.

Si por peleas ordinarias habías roto un ventilador a patadas, te habías destrozado los nudillos contra una puerta o habías lanzado un vaso a la pared, justo al lado de mi cabeza, ¿cómo podía saber qué harías?

Abrí la puerta. Respiré. Las lágrimas afloraron y las contuve. Creo que ni encendí la luz del pasillo y avancé por él despacio, sin saber cómo empezar.

Tú estabas estirado en el sofá, fumando un porro, cómo no. Recuerdo que me senté en el reposabrazos del sofá y te dije "me voy, no puedo más". No entendiste nada y no supe cómo seguir. 

Fui a coger la maleta, me seguiste, empezaste a llorar, me pediste un último beso y no te lo di porque sabía que me rompería y no sería capaz de avanzar.

Salí de casa llorando y cogí un taxi.

Era libre.



¿Fue fácil estar sin ti? No. Aún no lo es.

¿Te echo de menos? Sí. No. A ratos.

¿Pienso en ti? Claro.



He cambiado tanto en estos tres años que ahora creo que nos entenderíamos mejor.

¿Quiero volver contigo? No. Prefiero quedarme con los recuerdos, de lo malo y de lo bueno, aunque tiendo a olvidar lo primero. Prefiero quedarme con las fantasías de cómo hubiera sido si yo entonces fuera la que soy hoy.

Aunque en el fondo sé que mi yo actual ya estaba ahí, escondido en algún pliegue entre las múltiples capas de baja auto-estima, auto-desconocimiento y auto-engaño.

viernes, 13 de enero de 2012

Don't give up!

Mi vértigo, mi hermano y yo nos fuimos de concierto. Nos lo pasamos en grande, fue un concierto lleno de recuerdos y para qué voy a tardar más en decirlo: no le vi. Tuve un par de visiones ficticias, acompañadas de sus correspondientes mini-saltos de corazón, pero esto siempre sucede cuando han pasado más de X semanas desde el acontecimiento. Que levante la mano la guapa ( o el guapo ) que no se haya cruzado con alguien parecido a ESA persona por la calle y no haya dado un respingo!
No os penséis que no usé estrategias.. hice todo lo que estuvo a mi alcance: paseos al baño, intentos de colarme en pista ( pero esto ya es deporte de riesgo ;) ) y alquiler de prismáticos. XD. Como lo oís. Para los desgraciados que estábamos casi colgados del techo, porque ya os digo yo que entre esa altura y el techo no hay tanta distancia, optábamos al alquiler de unos maravillosos prismáticos para otear el horizonte. Que si. Estuve escaneando al público. Lo juro. Pero el tema era difícil y no conseguí ver a mi Groupie.
Eso no quita que la ilusión es un sentimiento que no se pierde nunca y yo sigo creyendo, al igual que creía firmemente en otros temas que se han cumplido, que voy a volver a ver al Groupie.
Mientras ese momento no llega, seguiré con mis rutinas conciertiles, con mis rutas de bares y con mis historias.
Y a la vez que escribo esto, suena Don't Give Up de We Are Standard. El que me diga que el mundo no está lleno de señales, es un amargado. He dicho!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vértigo

Eso es lo que he sentido desde aquella noche que Amparo y yo nos fuimos de fiesta. Mariposas en la barriga, nervios ( a ratos ) durante algunos días, emoción al revivir ciertos momentos... y parecía que ya había pasado y que todo volvía a la tranquilidad, pero no. Ese sentimiento, ha vuelto.

Esa noche, nos fuimos a uno de los sitios más indies de nuestra ciudad. A mi me encanta la música y últimamente salgo más a conciertos que de fiesta. Aquella noche decidimos ir allí por casualidad. De hecho, estuvimos antes en otra discoteca vecina y como aquello era una pinacoteca, nos fuimos. Estaba yo hablando con un irlandés ( y no es un chiste ;) ) y le vi de refilón. Un chico con traje. Uau. Pasé el escáner y los zapatos molaban. Uuuaauu. Pasará de mi. No. Se para. Me habla. Hablamos y saltaron chispas. Estará sintiendo lo mismo que yo? La noche acaba como os podéis imaginar. Siempre he sido bastante prudente pero aquella noche decidí que no podía perdérmelo. No entraremos en detalles ( que no quiero que este blog se transforme en un Diario de Bridget Jones, que podría.. ) pero fue genial, perfecto. Aquí la lista, la espabilada, la misteriosa, la mujer de hielo.. no di mi teléfono. Tampoco quise el suyo, lo ofreció indirectamente, pero me entró el miedo.

Miedo a qué? A sufrir, a no ser correspondida al 100%, a tener que empezar de cero, a tener que olvidar. Para mi, en este mundo hay dos clases de personas: las que están destinadas a amar y las que están destinadas a ser amadas. Yo formo parte claramente del primer grupo. Ojo, no es una queja.

Y vértigo por qué aún? Porque esa noche el Groupie ( le llamaremos así, ahora veréis porqué ) y yo comparamos agendas concierteras. Y coincidían bastante en el pasado y en una fecha que aún estaba por llegar. Esa fecha es mañana. Es tremendamente difícil que nos veamos entre 24.000 personas pero yo creo que hay una posibilidad. Y como optimista creo firmemente en ella.

Me verá? Le veré? Sea lo que sea, os lo contaré. De momento, una infusión de melisa y tila y.. buenas noches. ;)

martes, 18 de octubre de 2011

En el Amor como en la Moda, Todo Vuelve


A él vamos a llamarle Rick, como al de Casablanca (que no tiene nada que ver con nuestra historia, pero me gusta)


Corría el verano de 2004, cuando una Amparo bastante más inocente que hoy, estaba en plenos exámenes de la universidad, preparándose para pasar el verano trabajando en Londres y bastante enganchada a los chats. 


Una tarde conoció a Rick en uno de esos chats. Surgió la complicidad (todas recordamos nuestra época Messenger y lo fácil que es flitear sin que te vean...) y quedamos. Amor a primera vista tú. No es que Rick fuera increíblemente guapo pero me sedujo en un plis plas.


Empezamos a quedar cada día, durante los 20 días que faltaban para que yo me fuera a Londres. Como os he dicho, por aquel entonces era bastante más inocente y de los besitos no pasamos (ojo, tampoco era virgen ni tonta). La menda se fue a Londres a currar. 


Comunicación hubo poca durante los dos meses que duró la (des)aventura londinense pero, aunque no nos habíamos prometido amor eterno ni esas chorradas que se suelen decir los amores adolescentes, me pasé el verano soñando con él... Para nada. El día antes de volver a casa me dice que está con una chica. Shiiiiiit... Os juro que me cagué en todo, pero me propuse seguir siendo su amiga y sólo amiga. Total, no podía hacer más y tampoco es que nos conociéramos desde hacía tanto. 


En nuestra ciudad seguimos quedando, viéndonos más o menos una vez a la semana y durante 4 ó 5 meses no pasó nada. Hasta mi fiesta de graduación. Maltido el momento en que se me ocurrió invitarlo... Él, borracho, me buscaba, y yo, aún más borracha, conseguí resistirme.


Eso dio pie a que yo solicitara plaza en una universidad extranjera para irme un año fuera. No soportaba seguir cerca suyo sin tenerle. 


No volvimos a vernos hasta el día en que le dije que me habían aceptado en la universidad y que me iba. Salimos los dos solos de noche y podéis imaginaros lo que pasó, ¿no? Eh, tampoco os paséis, no llegamos a la cama, que ya os he repetido que era muy inocente!


Después nos vimos algunas veces más y nos enrollamos sin llegar a mayores. A todo esto, él seguía con su novia. Sobra decir que la situación no era ideal para nadie. No estoy orgullosa de lo que hice, pero no pude evitarlo. Enamorada hasta la médula estaba... 


Así pasó el verano y en Septiembre me fui. Me fui y conocí al famoso Wall-E (es al él a quien me refieron en posts anteriores)


Pasaron 2 años y medio sin ver a Rick (cuando terminé la universidad me quedé trabajando fuera). Conversaciones esporádicas por MSN y poco más, hasta que una vez le avisé de que venía y me vino a buscar al aeropuerto. Nos vimos, me tiró los trastos, yo ni caso, él seguía con su novia, yo estaba con Wall-E... Pasamos un rato hablando y al cabo de tres días me dijo que la había dejado. Se había dado cuenta de que seguía enamorado de mí y no podía estar más con ella. Yo pensé, vas 3 años tarde chaval. 


Desde entonces no hemos perdido del todo el contacto. Uno de los dos emerge del silencio al cabo de unas semanas sin decirnos nada y nos vemos un par de veces al año.


Nos volvimos a ver este sábado. No pasó nada pero recobramos la complicidad. Y como dato curioso, mi cerebro debe estar produciendo endorfinas por un tubo. Llevaba dos semanas con un mono de chocolate espectacular, lo comía a todas horas. Desde el sábado, no lo necesito.


Seguirá...

lunes, 3 de octubre de 2011

De bajones y subidones

Amparo anda de bajón.


Y vosotros diréis: y a mi qué? Amparo es la parte menos mediática de este blog. Audrey ( la autora de este post ) se pasea por la blogoesfera a su gusto y comenta. Amparo también pasea, pero por otro tipo de blogs. ;) Lo que empezó siendo una aventura de cuatro, acabó siendo ( y ya nos lo olíamos desde el principio ) una de dos. No está mal, nos gusta tal y como ha ido hasta ahora ( vale, podíamos escribir más).


Aclaraciones aparte, Amparo es una de mis mejores amigas. A lo largo de muchos años, ella me ha acompañado en la distancia y en la cercanía, en los cafés, en las compras, en mis debates sobre mi vida, en las decepciones, en las alegrías y me ha hecho crecer como persona. Es por eso y por muchas cosas más que me duele verla así, pequeñita y hecha un ovillo de pensamientos cruzados. Ella es maravillosa, no sólo eso, es muchos adjetivos más. Por poner algún ejemplo, ella es..

- Emprendedora: tiene la capacidad de innovar y de atreverse con muchos temas en los que destaca, además, su punto obsesivo hace que llegue allá dónde se proponga.

- Elegante: en eso lo admiro. Puede llevar unos simples tejanos y una camiseta, que sabrá ponerle el punto chic que tiene innato.

- Trabajadora: no le gana nadie a apasionada y currante en cualquier trabajo que elija, propone, se forma por su cuenta y se interesa por todo lo que se pueda mejorar.

- Inteligente: sabe elegir qué camino y qué decisión tomar en cada momento. Además es un coquito en Marketing y en idiomas.

- Discreta: guarda un secreto como nadie. Y cuando le cuentas algo que de verdad te preocupa o te angustia, pone toda la atención del mundo en lo que le cuentas y ni cambia de tema ni te mete prisa en que acabes.

- Tenaz: llegará allí dónde se proponga, porque es cabezota como ella sola y le cueste lo que le cueste, si tiene ganas de hacerlo, lo conseguirá.

Podría estar horas hablando de ella, pero no quiero alargar este post más de la cuenta. Sólo quiero que vea luz dónde ahora hay oscuridad y que piense, que tarde o temprano, todo se arregla. Seguro.

Amparo, arriba!! =)

lunes, 2 de mayo de 2011

Hablar ayuda.

Vaya, vaya, ha habido movimiento y mucho feedback desde la última vez que escribí... Me gusta saber que no estoy sola en esta situación, aunque sea egoísta decirlo.

En fin, si os estábais preguntando si ya he dejado al susodicho o no... Pues no, sigo con él. Ahhh... cosas de la vida y del amor...

En el post anterior me preguntaba dónde está el límite porque por mucho que quieras a una persona, la convivencia lo cambia todo y si no hay cosas en común es difícil de sobrevivir.

Pero hablar ayuda. Y si se habla con la persona con la que se tiene el problema, ¡aún más!

Resulta que nunca habíamos tocado el tema. Yo se lo había cascado todo a Audrey, lo había puesto por escrito aquí pero ni mú a él...

Hasta que llegó LA BRONCA. Bueno, a decir verdad, una de ellas. Normalmente, y durante los más de 5 años que llevamos juntos, no he sido capaz de discutir. Me bloqueo. Literalmente mi garganta se hace un nudo y soy incapaz de articular palabra. Con lo cual, me siento impotente y me pongo a llorar. En lugar de Amparo podría llamarme Magdalena y haría más justicia a mi persona.

Pero Ese Día el universo debió decidir que ya era mi turno de abrir la boca y vaya si lo hice... Y al final, de muy buenas maneras llegamos a la conclusión de que los dos sentimos exactamente lo mismo: que hemos perdido la chispa. El uno por el otro nos hemos dejado llevar por una rutina que se retroalimenta en un círculo vicioso interminable. Pero es recuperable.

Hemos quedado en que no queremos separarnos, queremos (seguir) luchando, reconquistarnos y desafiar la teoría de las afinidades.

Yo cocino menos y hago más deporte (no, todavía no se nota). Él cocina más y me ayuda mucho a ponerme las pilas con la casa y se ha comprometido a venir de paseo conmigo (siempre y cuando fijemos un objetivo previo, por ejemplo, vamos a ir a X sitio, para no deambular sin rumbo y que se ralle).








Pues eso, que hablar ayuda.

Pronto más y espero que mejor!

lunes, 28 de febrero de 2011

¿Dónde está el límite?

(Escribe Amparo)

No hablo de límite de aguante, sino el límite de afinidad. Hasta qué punto puedes estar con alguien con quien no compartes más que la cama y algunas risas. Ah, y ahora el trabajo, porque como idiota, vas y le consigues una entrevista en tu empresa y tu jefe, que es tan bueno, va y le coge.

Pero veamos, llega el fin de semana y a ver si encontráis las 7 diferencias...

Mi plan del fin de semana:
- Sábado por la mañana: Compra y preparar la comida
- Sábado por la tarde: Supermercado (+ compra) y limpieza + bloggear
- Sábado por la noche: Preparar la cena, peli en casa y, de vez en cuando, muuuuy de vez en cuando, salir a tomar algo
- Domingo por la mañana: Limpieza + preparar la comida
- Domingo por la tarde: o vaguear en casa o vaguear en casa de mis padres

El suyo:
- Sábado por la mañana: O dormir o jugar a futbol
- Sábado por la tarde: Ver los partidos de la liga inglesa
- Sábado por la noche: Terminar de ver los resúmenes de futbol de todas las ligas del mundo + Peli en casa
- Domingo por la mañana: O dormir o matarse en el gimnasio
- Domingo por la tarde: Ver más partidos de futbol o echar la siesta

¿¿¿???

Vale, de vez en cuando le da la vena de limpiar y entonces es peor que yo, peeeero limpia lo suyo! En fin, la casa nunca está como a mí me gustaría que estuviera (que sería poder recibir a mi señora Madre en cualquier momento) pero ese no es el gran problema.

El gran problema es ¿qué coño hacemos juntos? ¿Qué tenemos en común?

Si a mí me apetece pasar un finde fuera, la pega es el dinero (recién acaba de empezar a currar y gana menos que yo, con lo que siempre va corto de pasta).

Si a mí me apetece dar un paseo, la pega es que se aburre, no le gusta caminar por caminar.

Si a mí me apetece invitar a amigos a casa, puedo hacerlo pero sé que va a ser un antisocial que se va a quedar en el sofá espachurrao con su ordenador y los cascos (viendo o leyendo futbol, claro está).

Si le digo de salir con mis amigos, entonces también se aburre porque todo el mundo habla a la vez y bla bla bla...

En fin, que si salgo, salgo sola. Siempre.

Luego veo parejas por ahí que hacen cosas juntos y yo pienso "Joooo". O lo peor! Conozco a un tío con el que tengo un montón de afinidades y ya empiezan las comparaciones, que como siempre son odiosas me dejan confundida. Si lo comparo tanto, ¿no debería cambiarlo?

En 5 años he tenido conexiones mágicas, de esas que te dejan mariposas en el estómago, con al menos 5 tíos, así a bote pronto. Eso no significa que me enamorara de esos tíos, pero sí hubo una chispa que con él me falta.

Y no sé cómo he llegado a este punto. Él no sospecha nada, yo nunca le he reprochado nada (porque ya desde el principio sabía cómo era, las cartas estaban sobre la mesa y yo aposté por ellas). No me siento capaz de dejarle, pero fantaseo con encontrar a alguien con quien compartir más. Salir, pasear, viajar...

¿Dónde está el límite?
Qué Hace Así Una Chica Como Tú © 2008 | Coded by Randomness | Illustration by Wai | Design by betterinpink!