Corría el verano de 2004, cuando una Amparo bastante más inocente que hoy, estaba en plenos exámenes de la universidad, preparándose para pasar el verano trabajando en Londres y bastante enganchada a los chats.
Una tarde conoció a Rick en uno de esos chats. Surgió la complicidad (todas recordamos nuestra época Messenger y lo fácil que es flitear sin que te vean...) y quedamos. Amor a primera vista tú. No es que Rick fuera increíblemente guapo pero me sedujo en un plis plas.
Empezamos a quedar cada día, durante los 20 días que faltaban para que yo me fuera a Londres. Como os he dicho, por aquel entonces era bastante más inocente y de los besitos no pasamos (ojo, tampoco era virgen ni tonta). La menda se fue a Londres a currar.
Comunicación hubo poca durante los dos meses que duró la (des)aventura londinense pero, aunque no nos habíamos prometido amor eterno ni esas chorradas que se suelen decir los amores adolescentes, me pasé el verano soñando con él... Para nada. El día antes de volver a casa me dice que está con una chica. Shiiiiiit... Os juro que me cagué en todo, pero me propuse seguir siendo su amiga y sólo amiga. Total, no podía hacer más y tampoco es que nos conociéramos desde hacía tanto.
En nuestra ciudad seguimos quedando, viéndonos más o menos una vez a la semana y durante 4 ó 5 meses no pasó nada. Hasta mi fiesta de graduación. Maltido el momento en que se me ocurrió invitarlo... Él, borracho, me buscaba, y yo, aún más borracha, conseguí resistirme.
Eso dio pie a que yo solicitara plaza en una universidad extranjera para irme un año fuera. No soportaba seguir cerca suyo sin tenerle.
No volvimos a vernos hasta el día en que le dije que me habían aceptado en la universidad y que me iba. Salimos los dos solos de noche y podéis imaginaros lo que pasó, ¿no? Eh, tampoco os paséis, no llegamos a la cama, que ya os he repetido que era muy inocente!
Después nos vimos algunas veces más y nos enrollamos sin llegar a mayores. A todo esto, él seguía con su novia. Sobra decir que la situación no era ideal para nadie. No estoy orgullosa de lo que hice, pero no pude evitarlo. Enamorada hasta la médula estaba...
Así pasó el verano y en Septiembre me fui. Me fui y conocí al famoso Wall-E (es al él a quien me refieron en posts anteriores).
Pasaron 2 años y medio sin ver a Rick (cuando terminé la universidad me quedé trabajando fuera). Conversaciones esporádicas por MSN y poco más, hasta que una vez le avisé de que venía y me vino a buscar al aeropuerto. Nos vimos, me tiró los trastos, yo ni caso, él seguía con su novia, yo estaba con Wall-E... Pasamos un rato hablando y al cabo de tres días me dijo que la había dejado. Se había dado cuenta de que seguía enamorado de mí y no podía estar más con ella. Yo pensé, vas 3 años tarde chaval.
Desde entonces no hemos perdido del todo el contacto. Uno de los dos emerge del silencio al cabo de unas semanas sin decirnos nada y nos vemos un par de veces al año.
Nos volvimos a ver este sábado. No pasó nada pero recobramos la complicidad. Y como dato curioso, mi cerebro debe estar produciendo endorfinas por un tubo. Llevaba dos semanas con un mono de chocolate espectacular, lo comía a todas horas. Desde el sábado, no lo necesito.
Seguirá...